Hoy centramos la atención sobre uno de los aspectos clave en el juego asociativo: atraer rivales en una zona para liberar otras. Este aspecto está directamente ligado a la generación de espacios para, posteriormente, poder aprovecharlos y progresar en el juego. Atraer rivales es cada vez más difícil, pues año tras año los equipos se organizan mejor y son más eficientes en la recuperación. Sin embargo, hay un equipo que este concepto lo maneja de lujo, y no es ni nada más ni nada menos que el finalista de la Champions 2020, el Paris Saint-Germain.
Antes de dejaros con el vídeo nos gustaría que le dierais una vuelta a cómo se pueden atraer oponentes. ¿Hay una única manera? O, por otro lado, ¿se puede conseguir de distintas formas? Pensadlo bien, mirad el vídeo y seguid leyendo para descubrir un poco más sobre este principio del juego y su utilidad.
Vamos allá: vemos en el vídeo que, de entrada, parece bastante complicado penetrar entre las líneas del Montpellier dada su compactibilidad. Si bien es cierto que el Montpellier juega con 10 futbolistas des del minuto 17, no es menos cierto que siguen manteniendo una estructura defensiva muy bien organizada. Consiguientemente, y como observamos en el vídeo, el espacio inicial se encuentra en los carriles laterales, lugares dónde es fácil bascular si los cambios de orientación son directos o bien no vienen precedidos de ningún movimiento táctico. Así pues, lo primero que vemos que hace el PSG es mantener un jugador (generalmente un lateral o extremo) en mayor amplitud que la amplitud, que generalmente es el futuro receptor del balón. Para poder generar más espacio vemos como Cavani, Icardi y Di María fijan a centrales y laterales rivales.
Cuando este primer paso está conseguido, vemos un recital de diferentes maneras de atraer jugadores a la zona de influencia del juego. Vemos en un mismo corte cómo Neymar con el simple hecho de recibir el balón congela el juego y hace que su defensor inmediato y el más cercano centren la atención sobre él, juntándose unos pocos metros. Aquí tenemos la primera manera de atraer rivales; quedándome quieto. Por sencillo y estúpido que parezca, es extremadamente eficiente, especialmente si el jugador en hacerlo tiene una calidad individual alta. Acto seguido, vemos cómo Cavani hace un desmarque de apoyo, llevándose con él un central y provocando que el interior izquierdo del Montpellier proteja la zona central. Lo mismo pasa con el lateral que está pendiente de Juan Bernat. Aquí tenemos la segunda manera de atraer rivales en una misma zona; usar movimientos de soporte. Con un simple movimiento, el PSG se encuentra en una desventaja numérica de 3x5 en un espacio reducido del terreno de juego, pero tiene a los defensores justo dónde los quiere tener. Una vez atraídos los rivales en esa zona, se juega un cambio de orientación indirecto (con 2 pases) para generar una situación de 2x1 en banda contraria. Ejemplo clarísimo de atraer oponentes a un lado para salir por el otro.
Otra manera efectiva de atraer rivales es repitiendo pases, no necesariamente entre dos únicos jugadores, sino repetirlos en una zona determinada del campo. Este comportamiento lo vemos también durante casi cada acción del vídeo. Si bien el concepto es claro, hace falta tener en cuenta los matices en la velocidad de circulación de balón así como la zona dónde queremos atraer y la que queremos liberar (no nos perfilaremos sobre el espacio que queremos liberar, ya que la defensa rival preparará la defensa sobre esa zona). ¿Qué nos aporta esto? Vale más una imagen que mil palabras.
El lector estará pensando que falta, por lo menos, una manera bastante clara de atraer rivales, pero la hemos dejado para el final por ser la más compleja de ejecutar adecuadamente. Así es, en conducción. Cuando atraemos jugadores rivales a través de la conducción corremos el riesgo de acabar en inferioridades numéricas muy marcadas y es por ello que el equipo debe de estar en consonancia con lo que hace el jugador que conduce: ocupar los espacios adecuados, estar bien perfilados y, si es necesario, empezar a ocupar las zonas de remate adecuadas. Ahora bien, si se resuelve la situación de manera satisfactoria, es la que nos va a proporcionar una mayor ventaja. Tenemos dos maneras de generar espacios a través de la conducción y atracción de rivales: o bien conduciendo en dirección opuesta al espacio que queremos generar, o bien conduciendo sobre el espacio que nos interesa para liberar a un compañero. Cuál de las dos usamos ya dependerá de varios factores. De nuevo, mejor veamos una imagen.
Debemos fijarnos que, en este caso, el espacio libre está a la espalda de la línea de defensores, el cual amenaza y ataca Di María después de una conducción de unos 40 metros de Neymar.
Hemos visto qué herramientas podemos usar para atraer jugadores rivales en una zona determinada del terreno de juego para luego salir por la otra, ya sea en carriles laterales o en zonas más interiores. ¿Lo entrenamos?
Si te ha gustado lo que has leído, no te pierdas la entrada en la sección de ENTRENAMIENTOS para ver cómo proponer sesiones que pongan en práctica estos conceptos.
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